El Eskimal y la Mariposa: breves apuntes para una pedagogía de la memoria
"Abrázame... esos hijueputas me mataron"
El
10 de octubre de 2012, se cumplieron 22 años del homicidio del candidato
presidencial por la Unión Patriótica Bernardo Jaramillo Ossa, quien contaba al
momento de su muerte, con 33 años y había ejercido por dos años la presidencia
de la Unión Patriótica, cargo desde el cual, el dirigente venía denunciando el
exterminio sistemático del que estaba siendo objeto su colectividad política.
Mientras la
escolta de Jaramillo reaccionaba inmovilizando al joven agresor que portaba una
ametralladora Mini-ingram 380, el candidato presidencial constataba cómo se le
iba la vida. Después de desplomarse por los impactos de bala, de manera
desesperada se aferró a unas cortinas para tratar de ponerse de pie, pero antes
de perder el conocimiento resumió en un comentario a uno de sus escoltas y a su
esposa la convicción de su muerte: “Me mataron estos hijos de puta, no siento
las piernas[1].
Su
crimen, al igual que el de Leonardo Pizarro León Gómez, también candidato a la
presidencia por la Alianza Democrática M-19, fue cometido por jóvenes sicarios el
26 de abril de 1990, solo unos meses después.
Otty Patiño quien dirigió la investigación por estos hechos al interior
del M-19, aseguró que el sicario Gerardo Gutiérrez, quien también había
participado en el primer crimen, “fue convenientemente asesinado momentos después por uno de los escoltas del
DAS a pesar de estar controlado y desarmado”[2]. Hace dos años, la Procuraduría General de la
Nación solicitó la investigación de Alberto Romero, ex jefe de inteligencia del
DAS, por la posible participación de ese organismo en ambos crímenes, tras revisar los dos procesos, la
Procuraduría concluyó que “hay claros indicios de que había una política sistemática
de los paramilitares para eliminar a los políticos de izquierda contando para
ello con la ayuda del DAS y otros organismos del Estado[3].”
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